
En la venta, los desafíos son parte del día a día. Desde los clientes indecisos hasta los mercados saturados, pasando por la presión constante de alcanzar los objetivos que nos fijan. Ante estas circunstancias, nuestra respuesta marca la diferencia, te puedes estancar o crecer. La clave es la resiliencia y la comunicación.
A menudo, cuando hablamos de superar obstáculos en ventas (clientes difíciles, mercados inestables,..), escuchamos términos como resistencia o resignación. Estas actitudes no son la solución. La resistencia 😣 implica actuar continuamente, pero sin aceptar la realidad del desafío. Es ese comercial que sigue llamando y enviando propuestas, sin detenerse a considerar que quizás su enfoque necesita un ajuste. Por otro lado, la resignación 😓 es aceptar que las circunstancias no siempre están a nuestro favor, y nos quedamos ahí, en el lamento, sin hacer nada para cambiarlas. Es ese momento en que, ante un rechazo o una caída en las ventas, dejamos de buscar soluciones y nos conformamos con el “no”.
🧐 La resiliencia, combina lo mejor de ambos mundos: ACEPTACIÓN + ACCIÓN. ¿Qué significa esto en la práctica? Significa aceptar la situación tal como es, sin negar las dificultades, y a la vez, poner en marcha medidas concretas para actuar de manera efectiva. Es entender que un cliente no va a comprar hoy, pero en lugar de abandonarlo o seguir insistiendo sin rumbo, adaptamos nuestra estrategia, ajustamos el discurso, entendemos mejor sus necesidades y creamos una nueva oportunidad en el futuro.
Ser resiliente en ventas implica aprender a escuchar activamente y a adaptarse. No se trata solo de resistir ante un "no", sino de comprender por qué recibimos esa negativa y cómo mejorar. Cada “no” se convierte en una oportunidad para analizar nuestro enfoque, entender el mercado y refinar nuestra propuesta de valor. La resiliencia nos permite seguir adelante, pero con una nueva perspectiva, un aprendizaje integrado y una mayor capacidad para conectar con el cliente, esto último, clave en ventas.
Se trata de aceptar que no todo depende de nosotros, lo que sí depende es nuestra ACTITUD para no paralizarnos y ajustar nuestras estrategias con una mentalidad de crecimiento constante.
Es esta mentalidad la que marca la diferencia entre los comerciales que se quedan en el mismo lugar y aquellos que evolucionan y crecen, a pesar de los obstáculos que les toque enfrentar.
¿Qué opinas? Encantada de escuchar tus experiencias.
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