
En estas fechas de vuelta a la rutina del trabajo es común escuchar quejas o ver malas caras entre los compañeros. También para aquellos que siguen tele trabajando cuando se conectan a las vídeo llamadas. Siempre hay quien se cree con el derecho a descargar con los compañeros.
El problema es que este tipo de actitudes nos acaban afectando, nos pasan la factura emocional. Es como un virus que se transmite rápidamente entre todo el equipo de trabajo.
Para esto mi consejo es que uses la "mascarilla emocional".
¿Por qué nos contagiamos de estos estados de ánimo? La respuesta se encuentra en las neuronas espejo. Son un grupo de neuronas descubiertas por Giacomo Rizzolatti en 1996, cuando investigaba con monos. Rizzolatti pudo observar que estas neuronas se activaban, no solo cuando los monos realizaban una acción, sino que era suficiente con que vieran como un congénere la realizaba.
Cuando pasamos un tiempo con una persona, normalmente tendemos a imitar su gestualidad, movemos de forma similar nuestro cuerpo o adoptamos posturas similares, es decir, imitamos su lenguaje no verbal. Como ya hemos dicho en otras entradas, el lenguaje no verbal es el que tiene un mayor peso en el proceso de #comunicación. Por lo que, si esta persona se encuentra en un estado de ánimo negativo, realizará movimientos resultantes de este estado anímico, que al ser imitados por nosotros debido a las neuronas espejo, nos conducirá a un estado también negativo sin saber muy bien la razón.
Te preguntarás qué puedes hacer en estos casos porque .... ¡a trabajar tienes que ir! El problema es que no se venden mascarillas emocionales, lo bueno .... ¡que tú ya la tienes! solo debes utilizarla, ¿Cómo? siendo muy consciente de la situación. Si nos mantenemos un poco alerta ante actitudes de este tipo podemos evitarlo. Lo mejor que podemos hacer es dirigir nuestro pensamiento hacia algo positivo y mantener la distancia emocional con esta persona. Hacer consciente lo que está sucediendo, no permitiéndonos ser arrastrados por lo que sucede y esperando que mejore su estado de ánimo. Quizá con un poco de suerte logremos que el compañero imite nuestra gestualidad y modifique, como consecuencia, su estado de ánimo.
¡Buen comienzo!
Muy interesante!