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La sorpresa, un valor seguro en tus comunicaciones.

Foto del escritor: Idoia Rúa HidalgoIdoia Rúa Hidalgo

Compañías, vendedores, comunicadores, todos necesitamos sorprender.



Como ya venimos tratando a lo largo de otras entradas de nuestro blog, y aunque muchos aún quieran resistirse a creerlo, las decisiones que tomamos están guiadas por las #emociones, nuestro #cerebrolímbico toma el mando sobre nuestro #cerebroracional. ¡Ojo! No es que el cerebro racional no participe en este proceso, está presente, de hecho, será el responsable de encontrar los argumentos que justifiquen la decisión tomada.


La #comunicación es parte del proceso de decisión, y una de las emociones más importantes en ella es la #sorpresa.


Marcas, vendedores, oradores, .. cualquiera de estas u otras figuras utilizan la comunicación con el objetivo de persuadir a sus clientes o audiencias y, por lo tanto, todos ellos necesitan despertar emociones.


Pongamos por caso una marca de prestigio que realiza una campaña con el objetivo de incrementar sus ventas. Desde la #neurociencia hemos podido descubrir que estas marcas, ya por el mero hecho de tener un reconocimiento, un prestigio, generan emociones como la felicidad, el deseo, … Pero, ¿por qué no siempre logran el objetivo planteado para su cuenta de resultados? ¡Exacto! ¡Les falta sorprender! (aquí te dejo un artículo publicado recientemente)

A los oradores les ocurre algo similar, podemos encontrarnos con grandes #comunicadores que nos provocan emociones positivas, tranquilidad, alegría, seguridad… pero si sus intervenciones no incorporan elementos sorpresivos, les costará movilizarnos hacia una determinada acción.


Se produce, además, una situación que he bautizado como “la paradoja de la fama”, y que tiene que ver con las expectativas que nos genera una #marca reconocida o en este caso un #orador de prestigio. Esperamos grandes intervenciones y seguro que lo serán, el público se sentirá contento, alegre, sin embargo, el comunicador necesitará de un esfuerzo mayor que el que requieren oradores más “noveles”, sobre los que pesan menores expectativas, para movilizarnos. El esfuerzo que deberán realizar para sorprendernos será aun mayor. A las marcas les ocurre lo mismo, cuanto más conocida es una firma, el esfuerzo para sorprendernos en una campaña publicitaria es mayor, el #neuromarketing es un gran aliado en estos casos.


Para ti, que quizá aun no eres un #comunicador consagrado, que necesitas convencer a tus equipos de trabajo, que tienes que difundir el mensaje de tu empresa o que te sitúas a menudo ante tus posibles clientes, te vendrá bien saber que tanto el inicio como el final de tu exposición son grandes momentos para despertar una de las emociones más poderosas en la comunicación, la sorpresa. Olvida los tradicionales comienzos y cierres y, ¡atrévete con algo nuevo!


Si lo que buscas es recuerdo y atención, ¡la sorpresa es tu emoción!


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