
“Cuando hablo delante de personas con las que no tengo mucha confianza me pongo muy nervioso, me tiembla la voz, hablo rápido, sudo y siento que no expreso lo que quiero, al finalizar me da rabia, salgo con frustración”, “siempre he sentido ciertos nervios al hablar en reuniones, sin embargo con el paso del tiempo no ha ido a menos sino que cada vez me agobia más”, “Me he dado cuenta que evito situaciones en las que tengo que #hablarenpúblico y esto me está haciendo perder oportunidades profesionales”. ¿Te suena?, Estas son algunas de las frases que a diario nos transmiten profesionales que acuden a nuestros programas de formación en comunicación. Reconocen sufrir miedo a la hora de hablar en público, en reuniones, presentaciones, … Una de las cosas que más les sorprende es que cada vez ese miedo se presenta con mayor frecuencia, es decir, el paso del tiempo y la experiencia, lejos de ayudar a reducirlo, parece que lo incrementa.
Si bien es cierto que un cierto nivel de nervios puede ser positivo, ya que nos mantiene muy atentos y presentes en lo que estamos haciendo, un exceso de estos nos puede llegar poner en verdaderos aprietos.
¿Podemos hacer algo para superar esta situación? Definitivamente SÍ. Antes de nada, aclaremos algunos aspectos erróneos.
En primer lugar, te diré que lo que sientes no es realmente #miedoescénico, ya que el miedo se manifiesta al exponernos a un peligro objetivo, que es el que lo produce. Y… a no ser que tu público sean leones …., en realidad de lo que estamos hablando es de ansiedad.
Otros errores muy comunes son pensar en que la solución es:
- Desviar: “pienso en otra cosa para despistarme, aunque no siempre me funciona”. Tratar de ignorar no es la solución, quizá en el corto plazo te funcione, pero seguro que estos nervios volverán a aparecer.
- Controlar: Al intentar controlar estas emociones que aparecen, lo que hacemos es esconder de nuevo la causa. Nuestro cerebro se dará cuenta y solo estaremos ayudando a aumentar la tensión.
- Enfrentar: Pensar que por exponernos al público repetidamente reduciremos el miedo escénico, es un error. Esto solo es recomendable cuando a la par disponemos de herramientas que nos ayuden a superarlo.
Con todas estas soluciones, nuestro cerebro toma consciencia del esfuerzo que estamos haciendo para desviar la atención, controlar o enfrentar el miedo y se genera aún más tensión. Es por ello, que finalmente recordamos el momento vivido, la experiencia, no solo con el miedo inicial asociado, sino con mayor tensión aún. Cada situación que vivimos sigue aportando tensión que se va acumulando e incrementando la ansiedad. Se graba en nuestro cerebro una situación cada vez más traumática y solo de pensar en tenerla que enfrentar, desencadena un sinfín de reacciones en nuestro cuerpo. Es decir, que lo que comenzó como unos pocos nervios, a lo largo de la vida profesional puede llegar a transformarse en un miedo paralizante.
El miedo escénico es producto de #sesgos cognitivos, de errores en nuestra forma de percibir la realidad, son “basura” en nuestro cerebro que no nos permite ver la realidad con claridad. Ahora imagina …. , visualiza un montón de basura en tu casa, ¿sería una buena solución no mirar hacia la basura (evitarla)?, o tal vez, crees que ¿sería una óptima solución esconderla debajo de una alfombra controlándola de este modo?, probablemente estés de acuerdo conmigo que tampoco sería una buena solución pensar que por ver esa basura todos los días, dejará de molestarnos. Definitivamente ninguna de estas son soluciones válidas. Nos podrían servir para salir de un apuro (esconderla debajo de la alfombra cuando viene una visita inesperada😜) pero nunca como verdadera solución. Realmente, la única solución es ver por qué está esa basura ahí, de dónde ha salido, cómo ha llegado allí y gestionarla para eliminarla definitivamente.
Esto es lo que planteamos con nuestro trabajo en OVEN Formación. Trabajamos el “miedo” escénico con técnicas que ayudan a eliminar conscientemente los sesgos a los que nos somete nuestra mente a diario. No es un trabajo de evitación, de control o de sobreexposición, sino de gestión.
Si quieres trabajar estos aspectos y otros muchos para mejorar tus habilidades de #comunicación, consulta nuestra nueva convocatoria del programa de comunicación OVEN. ¡Comenzamos en ENERO!
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