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Comprender no es ceder

Foto del escritor: Idoia Rúa HidalgoIdoia Rúa Hidalgo



Es posible que, cuando leas esta entrada, descubras que en alguna ocasión has vivido esta misma situación (incluso quizá te pase habitualmente), o conoces a alguna persona con los perfiles aquí descritos. Es muy habitual, en entornos laborales, encontrar personas que nunca son capaces de decir “NO”. Se cargan con gran cantidad de trabajo porque todo el mundo se aprovecha de esta circunstancia.


Pero, … ¿por qué no dicen “NO”? ¿les gusta cargarse con todo el trabajo? La respuesta es un NO rotundo. La realidad es que normalmente subyace un miedo al rechazo, a que los demás se lo tomen mal, se enfaden con ella y no la acepten. Es el caso de una persona con la que recientemente hemos trabajado en OVEN Formación el desarrollo de habilidades de comunicación, la llamaremos Lucia.

Lucia lleva 15 años trabajando en la misma empresa, es conocida por ser una persona voluntariosa, con ganas de complacer a todo el mundo, atenta y dispuesta siempre. Todos saben que cuando necesitan algo pueden acudir a Lucia, jamás se niega así esté hasta arriba de trabajo. Frente a esta imagen que proyecta, la realidad es otra. ¿Cómo se siente realmente? ¡desbordada!, piensa que es injusto que se le cargue a ella con tal cantidad de trabajo, tiene que soportar, por parte de algunas personas, malas formas cuando no tiene el trabajo a tiempo. En definitiva, no se siente respetada. La última ocasión fue la gota que colmó el vaso. Un compañero le pidió que hiciera ella una tarea que le habían encargado a él, ella trato de explicarle amablemente que estaba muy agobiada de trabajo y que no podía. Su compañero no cesó de darle argumentos, diciéndole que tenía que salir pronto a por su hija al colegio, que nunca tenía tiempo para jugar con ella, … hasta que Lucia de nuevo, comprendiendo la situación de su compañero, cedió.

Fue después de este incidente cuando decide abordar este trabajo de desarrollo de habilidades de comunicación, necesitaba una solución, porque la única que encontraba era dejar el trabajo, no podía más.


La realidad es que aunque se siente saturada, no puede negarse a lo que se le piden y para no sentirse mal, se justifica con pensamientos del tipo “es que yo soy una buena persona y si me lo piden …., me cuesta negarme”, “Es que no puedo dejarles tirados”, “Me gusta hacer favores”, … Por otra parte, quien se aprovecha también tiene una justificación “es que trabaja tan bien … que se lo pido siempre a la misma persona”, “si no se queja será que puede con todo, de hecho, es muy eficaz” “es muy trabajadora puede con todo” ...

Las primeras respuestas vienen de una actitud #sumisa, mientras que las segundas de una #agresiva.


La solución para Lucia es trabajar una #comunicación donde pueda establecer límites, donde comience por respetarse a sí misma para lograr ser respetada, es decir, trabajar una #comunicaciónasertiva. Es verdad que eso no va a cambiar a las personas agresivas, seguirán siéndolo, sin embargo, sí reducirá las conductas agresivas hacia ella.


Y recuerda que, el hecho de que tú te decidas comunicar desde la #asertividad no implica un cambio en tu interlocutor, este solo cambiará cuando encuentre una motivación para hacerlo (tal y como le sucedió a Lucia, que encontró la motivación para cambiar hacia una actitud más asertiva)


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