
Quizá te haya pasado alguna vez que has acudido a una exposición, presentación o charla y al salir te das cuenta de que apenas te has enterado de lo que han hablado. Eso sí, ¡la presentación súper profesional!, con unas imágenes y vídeos maravillosos. A la última conferencia que acudí, sobre liderazgo, iba con un gran interés y disposición por la temática. El orador era muy bueno, se notaba que estaba acostumbrado a hablar en público, bien posicionado en el escenario, buena gestualidad y presencia. Todo comenzó como esperaba, con un gran nivel. Pasados 10 minutos aproximadamente, empezó a proyectar su presentación, un Power Point impresionante. Fotos de una calidad extraordinaria e incluso imágenes en movimiento. La verdad una maravilla. Sin embargo, cuando salí y me puse a pensar, en realidad no recordaba mucho sobre lo que había dicho. Sí, sabía de que había hablado en general pero poco más. Me fui con la sensación de haber prestado atención a no más del 10%. Aquel orador no había logrado mantener mi atención. A lo que me pregunté ¿Cuál era realmente su objetivo como comunicador? ¿Comunicar o impresionar?
Cuando estamos dirigiéndonos a un público lo importante es que nuestro mensaje llegue, y para ello el comunicador tiene que ser el centro de atención, ya que es el principal canal para comunicar un mensaje. Todo lo que haga desviar la atención del comunicador, es un obstáculo que él debe superar. El objetivo real de tu Power Point debe ser apoyar en el objetivo de comunicar tu mensaje, no dejarlo en un segundo plano.
Hay elementos de nuestras presentaciones que hacen que nuestro cerebro desvíe la atención o incluso que se desconecte de lo que el comunicador está trasladando. Algunos de los errores más comunes:
- Imágenes que llamen mucho la atención (por su extraordinaria calidad, belleza o incluso por sorprender) atraerán la atención de nuestro cerebro hacia ellas, pueden llegar evocarnos recuerdos que nos atrapen por un tiempo, haciéndonos perder parte del mensaje.
- Un exceso de información. Cuando hay mucho contenido en una diapositiva nuestro cerebro siente pereza y no gastará energía en leerla. Si es importante para apoyar lo que el comunicador está transmitiendo, no habrá logrado su objetivo. Si no era necesaria, mejor no ponerla.
- Un exceso de datos también desconecta nuestro cerebro pues además de sentir pereza, nos estresa. Nuestro cerebro percibe que no podrá recordar tan ingente cantidad de datos y se estresa.
Además, cuando hay muchos datos el comunicador muy probablemente caiga en la tentación de leer la información del Power Point, lo que hará que pierda la conexión con su público.
Algunas recomendaciones para tu presentación,
- Mejor incluye imágenes sencillas que ayuden a entender lo que estás diciendo y no por su extraordinaria belleza. Es más, si las sustituyes por infografías mucho mejor.
- Reduce el número de datos, únicamente los que son fundamentales y quieres que se recuerden. De nuevo, si los presentas en formato infografía mejor.
- Genera contraste. A nuestro cerebro le encanta el contraste, le ayuda a decidirse. Utiliza fondos oscuros con letras blancas o tipografía oscura (negra por ejemplo) sobre fondos blancos. La tipografía roja se lee con dificultad y cansa a nuestro cerebro por el esfuerzo que supone. No conviene tampoco utilizar una combinación de colores de igual intensidad (verde y azul por ejemplo).
- Cambia el volumen de tu diapositivas. ¡Sí ! Las diapositivas también tienen volumen, como cuando hablamos. Cada 4 o 5 diapositivas utiliza un fondo rojo para que el cerebro de la audiencia despierte. Además, es un color de fuerza, energía por lo que puedes aprovechar para resaltar ciertas ideas. Aprovecha a despertar el cerebro de tu audiencia para darle información que te interesa que recuerden. Para el cerebro, el fondo negro es como si hablásemos en un tono más alto y el fondo en blanco en un tono más bajo. Por eso, hacer uso de unos y otros nos puede ayudar a mantener la atención de nuestro público.
Recuerda que las presentaciones tienen principalmente dos objetivos, apoyar lo que estamos diciendo, cuando es necesario, o ser una pequeña guía para el comunicador. Es mejor ir desterrando la falsa sensación, que muchas veces tenemos, de que solo quien lleva una maravillosa presentación, es quién se ha preparado lo que va a decir.
¡¡ No permitas que te coma tu Power Point !!
Qué interesante. Cuánto por aprender.