MÉTODO OVEN

En los últimos años, las neurociencias nos están aportando un importante conocimiento de la mente humana. Esto nos permite aplicar este conocimiento al ámbito de la comunicación y así, utilizar herramientas que nos ayuden a superar nuestras propias barreras, miedos y limitaciones a la hora de abordar comunicaciones complejas. Además,  este conocimiento nos brinda una oportunidad  para entender la mente de nuestros interlocutores y lograr así impactar, seducir e influir en los demás.

Formación práctica, utilizando recursos variados que favorecen un proceso de aprendizaje generativo, alejándonos de los métodos tradicionales de formación receptivo-pasivos.

¿Qué implica que sea un proceso generativo? Al enfrentarnos a retos, prácticas y dinámicas nuestra participación es activa, generamos el conocimiento según lo vamos necesitando y probando para resolver las situaciones propuestas. Este proceso ayuda a la integración del conocimiento a nivel cerebral, facilita la generación de nuevas conexiones neuronales haciendo que el aprendizaje sea fácilmente aplicable, posteriormente, en el entorno real (¿te imaginas tener que aprender un deporte sin practicarlo?). Entrenamos situaciones similares a la realidad a través de la técnica de improvisación, trabajamos cómo resolverlas para lograr el objetivo deseado (negociar exitosamente, influir, persuadir, atender comunicaciones complejas, exponer ante un público, resolver quejas, objeciones…) y de este modo, facilitamos su posterior uso con mayores garantías de éxito.

Nuestra fórmula posibilita que cada persona pueda adaptar las herramientas a sus necesidades para que no sea un proceso forzado sino natural. Partimos de tus experiencias y conocimientos para ir avanzando en tu proceso de desarrollo de la habilidad de comunicar.

¿Por qué es importante el entorno en el que se lleva a cabo el aprendizaje? Las neurociencias nos han demostrado que todos los procesos cerebrales se basan en las emociones, por lo que los procesos cognitivos no pueden separarse de los procesos emocionales. Cuando vivimos procesos emocionales positivos se activa el hipocampo (zona cerebral que desempeña un papel vital en el aprendizaje) y de este modo se favorece el aprendizaje, la consolidación de los contenidos y experiencias en la memoria.